La oscuridad nos envuelve a todos, pero mientras el sabio tropieza en alguna pared, el ignorante permanece tranquilo en el centro de la estancia.
A. France

Existen un determinado tipo de árboles que tienen la facultad de emitir, desde sus ramas o desde su tronco, raíces aéreas.

La inmensa mayoría de estos árboles son de origen tropical y las condiciones de este origen, es decir, humedad abundante, hace que estas se emitan con mayor facilidad.

Estas raíces actúan, no solo como sostén de las ramas del árbol, sino como vía de alimentación, debido a que algunos de estos árboles son de tamaños impresionantes, pudiendo alimentarse estas ramas con raíces, independientemente de la savia que sube por el tronco.

Entre los árboles que usamos para hacer bonsái que emiten raíces aéreas, cabe destacar la mayor parte de los Ficus y la Scheflera arborícola.

Estos, en condiciones de sombra y alta humedad, pueden emitir raíces aéreas de forma natural. En caso de que no las emitan, podemos producírselas con el siguiente método:

Elegimos las ramas de las que queremos que se emitan raíces aéreas y les realizamos un pequeño corte en la parte inferior, aplicándole a estos hormonas de enraizado.

A continuación procedemos como si hiciésemos un acodo, cubriendo el corte con turba para enraizar o musgo de fibra larga, los cuales se han humedecido previamente, cubriéndolo todo con un plástico transparente para poder observar cuando salen las raíces. Como estas se producen mejor en la oscuridad, suelo cubrirlo todo con papel de aluminio para que se pueda retirar con facilidad para poder observar. El sustrato tiene que estar siempre húmedo, sin estar encharcado. Toda esta operación se realiza en el periodo de mayor actividad de la planta, es decir, desde el verano hasta mediados de otoño.

Una vez que hemos comprobado que las raíces ya se han emitido, retiramos el plástico y los restos de turba y hacemos, con papel de aluminio, un tubo que vaya desde el nacimiento de las nuevas raíces hasta la tierra, procurando que estas discurran por el interior de dicho tubo. Este se mantendrá húmedo con la propia agua de riego.

En poco tiempo estas raíces llegaran a la tierra, momento en el que quitamos el
tubo de aluminio. Ya no queda sino esperar que estas engorden y disfrutar de ellas.
A continuación vemos algunos ejemplos de
raíces aéreas obtenidas por este
método.


