Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja.
Como ya he comentado en otras entradas, siento debilidad, desde temprana edad, por el dibujo. Debido a mi afición a los bonsái, en muchas ocasiones uso mis ratos muertos para dibujar arbolitos. En esta oportunidad les muestro algunos de estos a color, que están más curiosos.
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