A vueltas con el Neriifolia.

Cuando el arroz se enmohece en la cocina, siempre hay un pobre en la puerta. 

Cierto es que el material que tengo en casa es limitado, por lo que me las veo y me las deseo para publicar con regularidad. Por eso, cada vez que hago un trabajo, intento alargarlo lo mas posible publicándolo de varias veces. Este es el caso de este Ficus neriifolia, que primero lo podé, lo trasplanté, le trabajé la herida del tronco y ahora lo he defoliado, arreglándole su estructura mediante la eliminación de las ramas innecesarias. 

 Lo siguiente será esperar su brotación y formarle de nuevo la copa azotada por el viento. Tras este trabajo su altura ha quedado en 21 cm. y su largo en 28 cm.