Perder la paciencia es perder
la batalla.
Tras un par de semanas sin poner nada, volvemos a
las andadas. La entrada de hoy está dedicada a la otra maceta de bonsái de la
hornada de agosto. Esta es una maceta cuadrada con vértices redondos, con patas
en cada uno de sus vértices que son un continuo de las paredes de la maceta.
Tiene dos agujeros de drenaje que se pueden usar también para pasar los alambres para anclar el árbol.
Está esmaltada en color pizarra mate y sobrepuesto turquesa brillante, quedando un efecto de turquesa “sucio”. Sus dimensiones son: 21 cm. de largo por 12,5 cm. de ancho y 5 cm. de alto.
Bonita maceta. Un arbolito "potente" haría un conjunto muy adecuado.
ResponderEliminarEstas hecho un ceramista... Enhorabuena.
Un abrazo. César.
Gracias Cesar, pero el esmaltado no salió al cien por cien como quería. Lo que el amigo Ángel siempre dice de las sorpresas del horno.
EliminarUn abrazo.
Me encanta, la forma, las medidas y el color me parece un puntazo.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro que te guste. Ya he localizado un barro negro, a ver que tal se porta. Ya contaré cuando lo tenga y lo trabaje.
EliminarUn abrazo
Las macetas rectangulares son las más dificiles porque son las que más se suelen deformar, así que para ser la primera no está mal.
ResponderEliminarUn abrazo y a seguir con ellas.
Pues no veas la que tengo entre manos (también rectangular). Me tiene de los nervios....
EliminarGracias por los ánimos, Carlos.
Un abrazo.